9 de mayo de 2014

Cotidiano amigo I

Un viejo amigo me decía:
Qué injusto es lastimar lo justo,
vaya justicia resultó ser la injusticia.
Es posible, sí, que a veces y sólo 
a besos la situación nos remedie
y ─no es que muera de amor─
como dijo Sabines cuando fraguó 
la razón de su brillante muerte.

─Ahora que no me llame,
porque bien podría 
acudir corriendo.─
Contesté yo.

25 de abril de 2014

Digamos

Digamos, 
pero sin usarnos
de sospechas asaltadas;
entonces digámonos
como nuestra
consecuencia bendita,
como lo que sucedimos
cuando aparentemente
nada sucedía:
que nos vamos a decir
como bienquiere el hacedor 
y sin palabras.

Digámonos te quiero
en la corteza
de un viejo árbol 
digamos, sí,
desde el no sentido común
lo sensato que es querernos
con nuestro más loco tacto,
por si algún día nos llegara
el momento de odiarnos
con todo nuestro amor.

Entonces ven
y vamos a decirnos
tal cual como somos,
ah, pero
sin impartir justicias
de culpables e inocentes;
sugiriéndonos
de nunca y siempre
e ignorando, claro, 
cual sea su infinitud;
digamos entonces 
de rostro a rostro
y mirándonos los ojos:
digámonos.