10 de febrero de 2016

Francamente

Francamente mi desorden me gusta,
aunque en el tantas cosas pueda perder, 
como por ejemplo los estribos,
y aunque tú lo detestes, a mí me gusta.

Cosas por aquí, otras por allá,
reproches van y vienen, vienen y van
y francamente es bueno saber
que estás tú para ayudarme.

Francamente he de reconocer
que crecí enamorándome
de mi afección
pero ahora también sucumbí
ante los encantos de la cura.

Puede sonar a utopía,
pero no lo ha sido, y ahora, francamente
mi desorden no puede estar completo sin ti,
que eres mi orden.