11 de febrero de 2021

Si la viera

Si la viera,
desde luego,
no encogería  
la mirada.

Si de casualidad
yo la viera
me sorprendería
no los estragos del tiempo,
ni la ingratitud de la espera,
y si que se perpetuara
más allá de la blanca fugacidad
de las líridas de abril.

Las calles serían más que asfalto,
autopistas donde velozmente 
se pasean las respuestas
a las preguntas que 
nunca pudimos hacer.

Me sacaría el reloj
que me regaló su ausencia
y ya no tendría que
contar lo días, ni las horas,
ni los minutos, ni los segundos.

Entonces sabría yo que existió,
que existe y que existo;
que no fue la imaginación
que le dió forma al primor
de su imagen, ni a la superación
de la mía.

Si la viera,
sería como mirarme al espejo,
ya sin canas,
ya sin grietas,
ya sin corazas.

Allí estaría yo,
viéndola pasar
con sus hoyuelos dispares,
con sus ojos grandes,
con su cabello azabache,
claro, viéndola pasar
como pasó la vida
sin dar treguas.

Si la viera
bastaría susurrar a los cielos
-Bienvenida a casa
nunca esperes que te olvide,
nunca olvides que te espero-

Desde luego si de casualidad
yo la viera
me sorprendería
no los estragos del tiempo,
ni la ingratitud de la espera,
y si que se perpetuara
más allá de la blanca fugacidad
de las líridas de abril.








 

7 de febrero de 2021

De qué color son sus ojos.

De qué color son sus ojos.

Suficientes soles y lunas
se levantaron y cayeron
desde que abrace la pregunta.

Días tras noches recibiendo
cátedras perfilado sobre la almohada
y en el techo la mirada fija y atenta.

No es de extrañar que propios
y extraños se pregunten
por el misterio de sus vetas.

¿Azules cuando ríe?
¿Grises cuando llora?
¿O verdes en la calma?

Pero más allá de la gama
la complicidad con sus gestos
te ganaba por knock out.

Suficientes nubes y estrellas
transitaron e implosionaron
desde que formulé la pregunta.

Albas tras ocasos recibiendo
cátedras mientras recordaba
que no le gusta el café
y en el rostro la sonrisa fija y atenta.

No es de extrañar que propios
y extraños se pregunten
por el misterio de sus vetas.

¿Y si sus ojos fueran el color?

Si sus ojos fueran el color
las páginas en blanco tendrían sentido en mis pupilas
y los recuerdos no serían en sepia.

Los cielos naranjas no dependerían del sol
y ─hágase la luz─ como consecuencia
de que levantase sus párpados. 

Pensándolo bien, qué bonito es el mundo
cuando sus ojos son el color.











 

28 de junio de 2020

Del creer

Creo que desde siempre
estos amores forasteros
han llenado los días
de empecinadas noches,
y que las conflagraciones
por los sueños ajenos que adoptamos
son un arma letal con doble filo,
y puede ser un crimen secundarlos
y uno mucho peor no hacerlo.
Han sido días espinosos
de cumbres rosales
y cafés sin azúcar. 
Creo que desde siempre
he pensado en mundos paralelos
y que de vez en cuando
y de cuando en vez
intercambiamos papeles
y roles con nuestros egos,
a veces yo no soy yo,
ni tú eres tú
y sin embargo creo ti,
o eso me gustaría creer.
Han sido palabras difíciles
sobre amores generosos
y agradecimientos singulares.
Yo no vendo simulacros
y creo que desde siempre
comprarlos nunca 
se me ha dado bien.

25 de junio de 2020

Acuérdate de mí

Que te acuerdes de mí,
que una de esas noches
te acuerdes de mí
y que al menos una sonrisa
a tu rostro se le escape,
que yo me acordaré de ti
como siempre,
como me enseñaste
o como quise aprender.

Que te acuerdes de mí
cuando vayas por ahí,
al paso, desprevenida,
entre una vitrina y otra
o cuando el frío de ti se aleje
y a mí se acerque,
porque lo hará o tal vez no,
sólo tal vez desista
y alegría me causes.

Que te acuerdes de mí
cuando donde
termina tu mano
comience la mía,
así sea efímero
el recuerdo o el anhelo,
pero acuérdate
de este tipo que amó
todos tus egos





y acuérdate
de esta historia
que vivimos,
que viviremos
o que vivamos,
porque yo jamás
la olvidaré.

19 de junio de 2020

Sobre todos los tiempos

Tiempo lento,
nunca te preguntaron
por qué tan deprisa,
a dónde te vas,
en dónde te quedas,
y si estás siempre
por qué nos faltas
incluso cuando sobras.

Tiempo perfecto,
si eres de Dios
qué haces aquí,
mostrándote en pantallitas
día y noche, y más aún,
cernido y dichoso
en aquellas comillas
de la boca.

Tiempo al tiempo,
qué serás y cuánto nos necesitamos,
de lo peor y lo mejor
bien sé que eres capaz,
y también sé que caminas
repartiendo dimes y diretes,
y mentiras, y verdades.

¡Eh tiempo ajeno!
bailarías un chachacha
con este tiempo mío
tan tosco y dedicado,
este tiempo impaciente
que te espera y
que desea coincidir
una y mil veces
con una y mil
de tus complicidades.

Tiempo ciudadano,
tiempo de trincheras,
tiempo presente,
tiempo futuro,
tiempo en los semáforos,
tiempo de gigantes,
o aquél tiempo del alba
que tanto me gusta.

¡Hay tiempo! ¡Ay tiempo!
eres uno y un millón
y viceversa mientras hayas
y mientras nos hallas.
Cómo le digo
y cómo te digo
que la amo sobre ti
y sobre todos los tiempos.

17 de junio de 2020

Más bien

Hablemos de los sueños
―Espera

más bien hablemos
de la claridad de tu imagen
cuando se obstruyen 
estos ojos de todo lo oscuro.

Fíjate que de algunos días 
para acá
la dirección del anhelo
tiene rumbo a reinas y monedas
y se están llevando de a poco a este remitente.

Hablemos del arte 
que penderá en las paredes,
de las caminatas largas,
de cómo haces de nada un edén,
y del inmenso mar que guardan tus ojos.

Hoy por fin entiendo
aquella cita de Don Mario
―No vayas a creer lo que te cuentan del mundo,
ya te dije que el mundo es incontable.
como incontable haberos hecho.

Hablemos de la claridad de tu imagen
cuando se obstruyen 
estos ojos de todo lo oscuro
―Aguarda
más bien hablemos de los sueños.

24 de febrero de 2018

Qué curioso

Qué curioso saberte
el mayor inocente
de ti mismo,
porque es que
al final de todo
uno siempre
encuentra la manera
de ser lo que el 
corazón de uno es
y eso no se discute.