desde luego,
no encogería
la mirada.
Si de casualidad
Si de casualidad
yo la viera
me sorprendería
no los estragos del tiempo,
ni la ingratitud de la espera,
y si que se perpetuara
más allá de la blanca fugacidad
de las líridas de abril.
Las calles serían más que asfalto,
autopistas donde velozmente
se pasean las respuestas
a las preguntas que
nunca pudimos hacer.
Me sacaría el reloj
Me sacaría el reloj
que me regaló su ausencia
y ya no tendría que
contar lo días, ni las horas,
ni los minutos, ni los segundos.
Entonces sabría yo que existió,
Entonces sabría yo que existió,
que existe y que existo;
que no fue la imaginación
que no fue la imaginación
que le dió forma al primor
de su imagen, ni a la superación
de la mía.
Si la viera,
sería como mirarme al espejo,
ya sin canas,
ya sin grietas,
ya sin corazas.
Allí estaría yo,
Allí estaría yo,
viéndola pasar
con sus hoyuelos dispares,
con sus ojos grandes,
con su cabello azabache,
claro, viéndola pasar
como pasó la vida
sin dar treguas.
Si la viera
bastaría susurrar a los cielos
-Bienvenida a casa
nunca esperes que te olvide,
nunca olvides que te espero-
Desde luego si de casualidad
yo la viera
me sorprendería
no los estragos del tiempo,
ni la ingratitud de la espera,
y si que se perpetuara
más allá de la blanca fugacidad
de las líridas de abril.