4 de julio de 2013

Previsible

Evidente despedida,
inesperada que no extraña,
orgullosa dueña de ironías
y ferviente luchadora 
de extremidades cruzadas;
le veo venir como otoño,
naranja y deshojado─ 
que árbol viejo espera
mientras cesa
en sí el verano.
Previsibles caen las noches,
tan calladas como nunca
ya no sobran las palabras
y el silencio nos retumba.
Entonces qué hago,
diga usted sin ironías,
me le sumo a su camino
o le resto a mi alegría.