esta noche
malherida de orgullo;
calló
porque no tenía
nada que decir,
o tal vez todo.
o tal vez todo.
Te echo de menos
y es el hecho
que repudio;
pronuncio tu nombre
como una manera de
ahuyentar mis miedos,
y así ablando el corazón
hablando un poco
de ti.
de ti.
No baso mis ideales
viendo el vaso
medio vacío,
nunca lo hice,
siempre
fue preferible
verlo
lleno de ti.
Y justo una noche
de mayo
te das cuenta,
que después de todo,
esta vez
no ves mucho,
no ves mucho,
porque el orgullo
no te dejó ver
lo que en verdad
querías.
Esta vez
el vaso
está medio lleno de ti,
y para variar,
medio vacío de mí.
Tu juego de palabras es fascinante. Hermoso.
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