Puedes querer el alba cuando ames.
Puedes venir a reclamarte como eras.
He conservado intacto tu paisaje.
Lo dejaré en tus manos cuando estas
lleguen como siempre, anunciándote.
Puedes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú.
Aunque mi voz te espere
sola en su azar quemando
y tu dueño sea eso y mucho más.
Puedes amar el alba cuando quieras.
Mi soledad a aprendido a ostentarte.
Esta noche, otra noche, tú estarás
y volverá a gemir el tiempo giratorio
y los labios dirán: esta paz ahora,
esta paz ahora.
Ahora puedes venir a reclamarte,
penetrar en tus sabanas de alegre angustia,
reconocer tu tibio corazón sin excusas,
los gestos persuadidos, saberte aquí.
Habrá para vivir cualquier huída
y el momento de la espuma y el sol
que aquí permanecieron.
Habrá para aprender otra piedad
y el momento del sueño y el amor
que aquí permanecieron,
Esta noche, otra noche, tú estarás,
tibia estarás al alcance de mis ojos,
lejos ya de la ausencia que no
nos pertenece
He conservado intacto tu paisaje
pero no sé hasta dónde está intacto sin ti,
sin que tú le prometas horizontes de niebla,
sin que tú le reclames ventanas de arena.
Puedes querer el alba cuando ames.
Debes venir a reclamarte como eras.
Aunque ya no seas tú,
Aunque contigo traigas
dolor y otros milagros.
Aunque seas otro rostro
de tu cielo hacia mí.
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