Es que a uno
como hombre
de pronto
lo asecha
la vida
en la piel
de una mujer.
Y da tranquilidad,
además, saberlo;
en mi papel
de presa,
no pondré
resistencia
alguna
a tu lecho;
puedes venir
y atacar
las veces
que quieras,
de la vida
que me das
sé que no
moriré.
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