y moja los techos
nos acerca tanto,
que es justo allí
cuando entonces,
tú allá, y yo aquí,
comprendemos
lo lejos que estamos;
pero en defensa propia,
no podemos
encontrarnos en la
insensata lejanía
por más que
nos escuchemos
en la colisión
de las gotas
sobre los tejados;
y es que además,
como cuesta
encontrarse lejos
de todo nosotros
que consideramos
cercano, fíjate que
por consideración
propia, aunque estemos
lejos, si no es cerca
no podremos, amor,
encontrarnos;
pero mira que insisto,
como cuesta
cada gota de lluvia
si no llevo tu mano
en mi mano.
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