En veinticinco años de vida he aprendido muchas cosas, pero he de reconocer que no son ni la mitad de aquellas que me faltan por aprender; he tomado oportunidades, tiempo y decisiones como tomar tequila (aunque muchas bien meditadas). He tenido buenos y malos días, he escrito con amor y con nostalgia, he hecho y dejado de hacer. Entre tantas cosas que he vivido, al final del día espero haber hecho siempre lo correcto, aunque sé que no siempre fue así a la primera; y es que por más que uno se diga que hizo lo que era correcto, si tu corazón no lo siente, para qué insistir. Si me voy a meter en problemas que sea escuchando al corazón, que para la ciencia ya existe la mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario